Rocío fresco de la mañana,
una ducha de agua fría,
brisa marina que alivia
el calor de una noche de verano,
fruta fresca en pleno agosto,
el calor de un fuego en invierno,
dulce sabor a chocolate,
tus pies fríos sobre mi espalda,
sensaciones todas ellas
que vienen a mí cada mañana
cuando al abrir mis ojos
veo tu cabeza en la almohada,
y como muestra de amor
me ofreces una sonrisa.
Y ya solo pienso en una cosa,
que tu amor nunca se extinga,
pues quiero cada mañana
al despertar junto a ti,
que mis ojos vean tu rostro
y allí,
junto a tu bella nariz
perciba que tu sonrisa
sigue permaneciendo ahí,
pues sé, que al ser la primera,
solo me la das a mí.