Eleuterio impartía clases
magistrales en las reuniones como quien reparte cromos gratis a la puerta de un
colegio. Sus opiniones sentaban cátedra, o al menos eso creía él. Si osabas oponerte
a sus teorías y explicaciones, Eleuterio subía su tono una octava e intentaba
machacarte con tal cantidad de datos de enciclopedia desfasada que, por un
momento, te dejaba descolocado. Si aun así volvías a rebatirle, pasaba al
ataque desgranando sutilmente tus defectos y, sobre todo, tus fracasos, aplicando
un extra de odio fermentado en el tiempo con el fin de socavar tu moral o hacerte
explotar por su falta de empatía, sin pararse a pensar el daño que podía
provocar en esa persona o sus más allegados.
Hoy, Eleuterio, sigue
impartiendo sus teorías desde el banco de un parque a todo aquel que quiere
escucharlo, como viene haciendo desde hace veinticinco años mientras espera su
jubilación y se mantiene gracias a un subsidio concedido por aquellos a quien
critica y al sueldo que su mujer aporta en casa.
El escritor austriaco Karl
Kraus decía “Educación es algo que reciben los más, que muchos transmiten y
que pocos tienen”.
Educación es no intentar
imponer tus criterios sobre los demás sin ni tan siquiera escucharlos.
Educación es ser empático con el que tienes enfrente e intentar ponerte en su
lugar antes de lanzarte a machacarlo. Mañana podrías ser tú el machado.
Educación es no decir que el tiempo lo pone todo en su sitio con segundas
cuando tu posición es mejor que la del contrario, porque no es verdad. El
tiempo simplemente pasa. Educación es que no te rías de quién lucha para salir
del pozo cuando tú ni tan siquiera lo intentas porque prefieres quedarte en el fondo.
Educación es saber que la sociedad es un gran ente que cuando tropiezas te
engulle, te mastica y te escupe. No te rías de quien ha tropezado, dale la mano
y ayúdale a levantarse. Mañana puede ser él el que te ayude a ti. Educación es
saber que nunca debes dejar de intentarlo, aunque algunos a tu alrededor
prefieran que no lo hagas para, de esa manera, pensar que son mucho mejores que
tú.
Así que nunca dudes, tus
errores son solo tuyos. Pero nunca dejes que otros se los atribuyan como sus triunfos.
Jesús Coronado - 03.07.2022