Hambre de ti.
Desearía exprimir tus jugos
Como naranja de zumo,
Para beberte despacio
y embriagar mis sentidos
Con el licor de tus labios.
Alimentarme de entrañas
Hechas de mazapán y de leche,
Hasta saciar mi apetito
Con nuestros deseos mutuos.
Cocinarte a fuego lento
Con el calor de mi cuerpo,
Hasta que tus carnes
Se separaran del hueso,
Y tiernas como las nubes
Conformaran el menú
Del que me alimento.
Hoy estás aquí, en crudo,
Entre sabanas calientes.
Y comienzo a pelarte
Cómo cebolla dulce,
Y a sofreírte despacio
con el fuego de mis labios.
¡Excelente, Jesús!
ResponderEliminarCon un hambriento así, la CHICA quedará seca.
SALUDOS.
Hola Antony, que abandonado te tengo chico, aunque sigo tus publicacionbes a través de FB. Gracias por pasar. Un fuerte abrazo.
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